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Presidente Alberto Fernández: El mejor operador político de la Argentina

Actualizado: 14 ene 2021


Si en 1996, caminando por el barrio la Recoleta en Buenos Aires, usted hubiera entrado a tomarse un capuchino en la librería-café "Opera Prima" en Paraná al 1259, justo frente a la Plaza Vicente López, o si hubiera ido a cenar al Restaurante Teatriz a pocas cuadras de allí, muy seguramente habría visto, en una mesa vecina, a dos hombres y una mujer, quienes animadamente discutían de política. Este trio, en ese momento desconocido para la gran mayoría de los argentinos, en pocos años iniciaría una ruta de grandes éxitos electorales que los llevaría a ganar cuatro veces la presidencia de la república. La primera con Néstor Kirchner en el 2003, luego con su esposa, Cristina Fernández de Kirchner en el 2007 y 2011, y por último con la fórmula de Alberto Fernández - Cristina Fernández de Kirchner en el 2019.



El libro "Fernández & Fernández: Historia secreta de una relación peligrosa" (2019), escrito por el periodista Franco Lindner, de la influyente "Revista Noticias" de Argentina, relata el desarrollo político de estos tres personajes desde el momento en que iniciaron sus actividades proselitistas hasta cuando Alberto Fernández derrota en la elección presidencial al entonces mandatario Mauricio Macri, a fines del 2019, con el apoyo del 48.24% del electorado frente al 40.28% que obtuvo el entonces presidente.



Este resultado es una de las tantas paradojas que ocurren en política, pues para el 2002 Alberto Fernández, a espalda de los Kirchner, buscaba junto con otros peronistas, la posibilidad de integrarse al movimiento político de Macri: "Compromiso para el Cambio". Varios de sus amigos fueron acogidos (pág. 132), pero Macri vetó a Alberto Fernández, situación que a la postre favoreció al hoy mandatario. De hecho, el dolor del rechazo no duro mucho pues por esos días, los Kirchner finalmente lograron que el entonces presidente Duhalde respaldara al poco conocido gobernador de la provincia sureña de Santa Cruz, Néstor Kirchner para ser su candidato a la presidencia.



La narrativa del libro "Fernández & Fernández" se puede dividir en tres etapas de la trayectoria electoral de este trio. La primera empieza con sus pasos iniciales en la política. Se describen los encuentros desde 1996, en los cuales se va construyendo el movimiento Kirchnerista. Es un proceso en el que Alberto Fernández se consolida como el principal operador político de la pareja. Luego el libro señala la labor del personaje como gerente de la "improbable" campaña triunfadora de Néstor en el 2003 y después como el Jefe de Gabinete de Ministros durante toda esa gestión y del primer año de la administración de Cristina. Este periodo culmina con la renuncia de Alberto Fernández a la jefatura del gabinete, el 23 de julio del 2008, como consecuencia de la crisis generada por el alza de aranceles a los exportadores de soja y las negativas repercusiones políticas que esto le generó al gobierno.


La segunda etapa es la de Alberto Fernández, también como operador político, pero esta vez apoyando la oposición interna del Partido Peronista contra Cristina. En esos años sus principales pupilos fueron Sergio Massa y Florencio Randazzo, quienes lograron construir una alternativa diferente a la Kirchnerista, lo cual le restaba un importante caudal electoral al gobierno. Sin duda, esta división, de la cual Alberto Fernández fue uno de sus ideólogos y estrategas, constituyó una de las principales razones para que las fuerzas opositoras no peronistas, especialmente el Macrismo, ganaran mayor espacio electoral en la Argentina.



La tercera etapa se inicia en febrero del 2018, cuando Cristina y Alberto deciden volver a reunir fuerzas para enfrentar al entonces debilitado presidente Macri. Esta nueva alianza se consolida aún más cuando el 18 de mayo del 2019, para sorpresa de la opinión pública, se anuncia que la fórmula presidencial estará encabezada por Alberto Fernández y con Cristina a la vicepresidencia. Muchos expertos tomaron esta noticia como una jugada política maestra que descolocó a los consultores electorales de Macri, quienes ya tenían preparada la campaña contra Cristina. El poner a Alberto Fernández como cabeza del tiquete, no solo volvió a unir al Partido Peronista, sino que atrajo importantes sectores económicos y del electorado que nunca hubieran apoyado otra reelección de la señora Kirchner a la presidencia.


A continuación, el artículo se centra en la figura de Alberto Fernández como un exitoso operador político. Con este fin, se ofrece una definición de este término y se incluyen seis elementos que destacan al hoy presidente en el ejercicio de este rol. Por supuesto se enfatiza su cercanía con algunos conocidos consultores.



Adicionalmente para ofrecer una más completa descripción del texto, se mencionan rápidamente otros tres temas de interés: la salud mental de Cristina, la violencia doméstica dentro de la pareja en el gobierno (Néstor y Cristina) y la corrupción en la administración Kirchnerista.


Al final de forma breve se indica la importancia que tiene este libro tanto para el estudio académico del área de liderazgo político como para entender mejor el momento electoral actual que vive Argentina. En el apéndice se encuentra un enlace para acceder al documental: "Alberto Fernández: El hombre. El Político. El enigma", sobre la trayectoria del actual presidente. La cinta producida a fines del 2019, por el Diario La Nación de la Argentina, es una pieza bastante didáctica que complementa los temas abordados en esta reseña.


 

¿Qué es un Operador Político?


Hay operadores políticos que ejercen o han ejercido cargos en la administración pública. Otros se dedican al cabildeo o se han desempeñado como candidatos con diferentes grados de éxito electoral. Casi todos tienen un buen nivel de conocimiento en técnicas de campaña. Sin embargo, ninguna de las anteriores características define la esencia de esta actividad.


El operador político es una persona que sabe cómo funciona el sistema de gobierno, cuales personas toman importantes decisiones y cómo influenciarlas para que adopten las medidas deseadas. En otras palabras, el operador político es alguien experto en negociar el poder. Es una persona con la capacidad y los recursos (no solo materiales) para influir en el comportamiento de otros. Ellos son fáciles de identificar. Por lo general, se los encuentra en las reuniones donde se arman las listas electorales de los partidos. También son personas que influyen en el nombramiento y destitución de funcionarios públicos, al igual que en la selección de los consultores para las campañas. Si se visita a un líder importante, se puede observar que muchos de sus más cercanos operadores políticos tienen oficinas adyacentes.



Muchos operadores políticos cercanos a los líderes actúan como "gatekeepers", es decir son los que regulan el acceso al personaje. Durante periodos electorales, con frecuencia ellos toman los roles de "jefes de debate" o "gerentes de campaña." Ellos son los que primero hacen las llamadas importantes solicitando favores para el candidato, sean donaciones, publicidad gratuita en medios u otras ayudas. En épocas no electorales, son las personas que primero contactan a los lobistas y a los líderes locales para pedirles ayuda. Bajo el "código político" en el que se manejan muchas de estas relaciones, el interlocutor sabe que hablar con un operador político cercano al candidato es sinónimo de hablar con el candidato. Sobra decir que se aprende mucho de los candidatos analizando a sus operadores políticos, o la ausencia de ellos.


Para ser exitoso como operador político se requieren muchas cualidades. Los mejores tienen una gran capacidad para hacer análisis de coyuntura. Esto les permite leer los cambios de dirección de las tendencias políticas. También se destacan por ser excelentes estrategas y poseer un amplio conocimiento de los actores participantes en el mapa electoral donde se mueve su líder. En su ejercicio, muchos de ellos desarrollan otras habilidades como por ejemplo la coordinación de numerosas personas y funciones. Por último, pero no menos importante, ellos deben ser los mejores ejecutando las ordenes de sus jefes.


Aunque con frecuencia los líderes dirían que lealtad es una de las principales cualidades que ellos buscan en sus operadores políticos, la realidad con frecuencia muestra que la fidelidad en política (como en las relaciones de pareja) es más el producto de un vínculo armonioso entre las partes, que simplemente una cualidad individual de una persona.



Lecciones de Alberto Fernández como Operador Político de los Kirchner


Las siguientes son algunas de las razones que diferencian al actual presidente de la Argentina, Alberto Fernández, de muchos otros operadores políticos.


1. El operador político exitoso desarrolla y mantiene fuentes de poder alternativas


De acuerdo con Lindner, a lo largo de toda la carrera política, Alberto Fernández siempre desarrolló y mantuvo alianzas con grupos o sectores que eran opuestos entre sí. Por ejemplo, como Jefe de Gabinete de Ministros del 2003 al 2008, él siempre manejó una excelente relación con el grupo Clarín, dueño del más importante conglomerado de medios de comunicación en la Argentina. Pese a que en estos años el Kirchnerismo se fue apartando progresivamente del grupo Clarín y este último adoptó una actitud más crítica hacia el gobierno, Alberto logró mantener puentes de comunicación con ambos bandos. De hecho, el libro muestra como muchas veces él ignoraba las reiteradas quejas de Néstor y Cristina por mantener su estrecha amistad con Héctor Magnetto (director ejecutivo del Grupo Clarín) al igual que con muchos otros miembros de la junta directiva de esa organización. Sin embargo, tenía muy en claro que desarrollar y sostener fuentes de poder alternativas era esencial tanto en su posición dentro de la administración Kirchnerista como en su futuro político posterior a la misma.



Observando esta característica de Alberto Fernández, Lindner anota que fue precisamente la posibilidad de atraer el apoyo de sectores no kirchneristas lo que motivó a Cristina para designarlo como candidato a la presidencia en el 2019. En otras palabras, era un referente político que sumaba apoyos que la expresidenta no podía lograr. Adicionalmente a tener una buena relación con el sector empresarial, Alberto Fernández también sumaba el apoyo de importantes sectores políticos dentro del Partido Peronista que se habían alejado del ala kirchnerista. Estos referentes incluían a destacados líderes con votos propios como Sergio Massa y el sindicalista, Hugo Moyano (págs. 39-41).



2. El operador político exitoso va incluyendo sus propias piezas en el ajedrez político, como una forma de ganar poder propio


Tanto armando listas para elecciones como asignando cargos públicos en los gobiernos Kirchneristas, Alberto Fernández siempre tuvo una importante cuota de poder, lo que le permitió nombrar a personas que claramente respondían a su liderazgo. En el caso de la administración de Néstor Kirchner, de acuerdo con Lindner, cuatro ministerios estaban dirigidos por personas fieles a la línea albertista del gobierno (pág. 156).



3. El operador político exitoso perfecciona las habilidades para desarrollar análisis de coyuntura


En los momentos cuando Alberto Fernández no trabajó directamente con el Estado, una importante fuente de sus ingresos provenía de informes de la actualidad política que vendía a diferentes organizaciones. Recordemos que análisis de coyuntura es una técnica de investigación enfocada a estudiar la situación política del momento y que tiene como fin otorgarle insumos a dirigentes para que ellos tomen las mejores decisiones a corto plazo.


El típico análisis de coyuntura incluye al menos cinco aspectos de la realidad política: La selección y descripción de los principales acontecimientos del momento, los escenarios donde ocurren estos, los actores que participan en los mismos, la relación de fuerzas entre ellos, y la articulación que se observa entre las variables estructurales y los eventos estudiados.


La calidad de estos estudios depende, en parte, del proceso de la recolección de información que se realiza. El investigador precisa desarrollar un análisis crítico para seleccionar los datos que se van a usar entre las diversas fuentes disponibles. La validez y utilidad de estos estudios se observa cuando sus conclusiones, en forma de recomendaciones, se confrontan con la realidad.


Adicionalmente a los operadores y a los consultores políticos, el análisis de coyuntura es una técnica generalmente usada por los agregados políticos y militares de las embajadas cuando preparan sus informes para mandar a las diferentes cancillerías. Estos reportes le sirven de guía a los gobiernos en el manejo de sus relaciones internacionales. Otros clientes de estos reportes son las compañías multinacionales, los gremios, los sindicatos y otro tipo de organizaciones con intereses específicos en el país y que requieren de información veraz e inmediata que les permitan actuar en el momento.



Una de las situaciones en que el análisis de coyuntura le resultó más útil a Alberto Fernández, fue evaluando el impacto electoral que tuvo la súbita muerte del expresidente Néstor Kirchner, el 27 de octubre del 2010. Este trágico hecho generó una ola de apoyo a la viuda que literalmente barrió con toda la oposición en las elecciones del 2011. Cristina ganó la reelección a la presidencia con el 54.11% de los votos, atomizando a toda su oposición. Su más cercano rival, el socialista Hermes Binner solo obtuvo el 16.81% de los sufragios, mientras que la más enconada opositora a los Kirchner, la líder de la Coalición Cívica ARI, Lilita Carrió, fue castigada por los votantes, por lo que solo obtuvo el 1.82 % del apoyo electoral.



Ya fuera de la administración Kirchnerista, su habilidad en el análisis de coyuntura le permitió a Alberto Fernández tener una clara idea del impacto electoral de la muerte de Néstor Kirchner, por lo que decidió preservar su imagen y capital político para las elecciones legislativas del 2013, en las que el "Frente Renovador", liderado por Sergio Massa y asesorado por él, empezó a dividir el voto peronista y a generar serias dificultades electorales al ala Kirchnerista llamada "Frente para la Victoria."



4. El operador político exitoso perfecciona las habilidades para realizar trucos y componendas políticas


El libro también ofrece un catálogo de artimañas políticas que usaba Alberto Fernández contra sus enemigos. Por ejemplo, era dado a utilizar noticias falsas para desprestigiar a oponentes electorales. Este fue el caso de inventarle importantes sumas de dinero no declarado en cuentas bancarias en el exterior al líder del Partido Radical, Enrique Olivera. Estas acusaciones se hicieron días previos a las elecciones, no dándole tiempo para que el acusado corrigiera esta información con documentos bancarios (pág. 176). Por supuesto con un buen trabajo de estudios de oposición, Olivera hubiera estado preparado para defenderse de este y otros ataques.


De acuerdo con Lindner, Fernández también era proclive a convencer a políticos electos con votos de la oposición, a traicionar sus partidos y a apoyar el Kirchnerismo. Uno de los casos más conocidos ocurrió después de las elecciones del 2005 con el tránsfuga diputado Lorenzo Borocotó, quien siendo electo con votos opositores del PRO (el Partido de Mauricio Macri) se pasó al gobierno (pág. 252).



Otra artimaña que Alberto Fernández acostumbraba a hacer y que le generó varios reclamos de los Kirchners fue su tendencia a filtrar información reservada del gobierno a la prensa con el fin de perjudicar a otros funcionarios y escalar posiciones de poder (pág. 259). Adicionalmente, periodistas sostienen que, al inicio de la carrera de Fernández, uno de sus asociados acostumbraba a llamar a los medios para ofrecer dinero a cambio de que lo entrevistaran (págs. 15 y 338).


Pensando en los anteriores ejemplos y en otros que figuran en el libro, Lindner observa que al actual mandatario de Argentina "Le gusta jugar al límite. Es difícil confiarle. Y así como puede romper un off the record, tampoco acata otros códigos de la política y el periodismo en particular y de las relaciones humanas en general." (pág. 12).



5. El operador político exitoso tiene una actitud ambiciosa y proactiva hacia los asuntos políticos


Sobre este punto Lindner rescata un comentario del politólogo de la Universidad del Salvador y dirigente peronista, Julio Bárbaro. Él sostiene que: "La ambición de Alberto era algo tremendo, se transparentaba. Muchas veces [Néstor] Kirchner le tuvo que parar el carro porque era una topadora. Le desconfiaba, pero a la vez lo necesitaba porque Alberto llegaba a lugares que él no: la Bolsa de Comercio, algunos empresarios y medios, el propio Duhalde cuando fue candidato del PJ o luego presidente . . ." (págs. 98-99).



6. El operador político exitoso participa de las relaciones entre candidatos y sus consultores


El libro muestra que la relación entre candidatos, consultores y operadores políticos no siempre es "sacrosanta". Por ejemplo, se cita el caso donde la campaña a la presidencia de Néstor Kirchner, dirigida por Alberto Fernández, convence a su encuestador, Artemio López, para que infle los resultados de las encuestas a favor del candidato (pág. 111). Páginas después el autor reitera la idea al explicar que: "Según los números de Artemio López, el encuestador que hacía fuerza por el candidato, Kirchner ya medía 14 puntos y estaba en condiciones de pelear mano a mano con los otros contendientes. . .. Pero esas eran las cifras que se publicaban, no necesariamente las reales." (pág. 130).


Como anécdota vale la pena citar que uno de los primeros retos que afrontó la campaña de Néstor Kirchner en el 2003, fue lograr que los votantes diferenciaran al candidato, del entonces más popular cómico argentino, Tristán.


Para explicar mejor el tejemaneje entre operadores, consultores y políticos en la Argentina, Lindner también menciona que el famoso asesor ecuatoriano, Jaime Duran Barba, que venía trabajando para Mauricio Macri en la prefectura (o alcaldía) de la Ciudad de Buenos Aires, lo convence de no participar en las elecciones presidenciales del 2011. A renglón seguido, ese mismo año, Duran Barba se voltea y acepta una oferta de trabajo con los Kirchneristas (los adversarios de Macri), para asesorar la campaña de reelección presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.


Refiriéndose a una entrevista que Duran Barba le concedió a Lindner, el periodista dice: "Y en la más absoluta reserva confiesa que trabaja también en la campaña del bando contrario, el Kirchnerismo. Era uno de los secretos mejor guardados de la política local, pero el ecuatoriano no puede con su genio cuando en la revista Noticias lo consultamos." (pág. 274). El autor también sostiene la veracidad de su aseveración indicando que en algunos elementos puntuales de la campaña de Cristina Fernández se ve el estilo del consultor ecuatoriano.



Respecto a las elecciones del 2019, cuando Macri recibía la asesoría de Duran Barba para competir contra Alberto Fernández, Lindner incluye el testimonio de Gandhi Espinosa, colaborador muy cercano a Duran Barba quien sostiene que en el momento clave de la campaña del 2019, ellos tenían un sondeo que mostraba a Alberto Fernández ganando por 15 puntos. Sin embargo, como este no coincidía con las predicciones optimistas que Duran Barba había hecho, el consultor prefirió no mostrárselo al resto del equipo de Macri. Cabe anotar que el resultado final de la elección fue: 47% para Alberto Fernández y 32% para Macri, lo que validó el estudio descartado por el consultor ecuatoriano (págs. 348-349).


El autor agrega que Macri estaba convencido de que tenía posibilidades de ganar la elección y que ya frente a la derrota, gritaba furioso: "¡Quiero saber quién me mintió!", mientras que la líder, Lilita Carrió, aliada de Macri, intuyendo la respuesta, se le acerco a Duran Barba y le dijo: "Metete el Big Data por el Orto" (pág. 349). Luego de la derrota, la prensa reportó que el consultor ecuatoriano viajaba a Lima y que no iba a volver a Buenos Aires. También se filtraron los informes errados de Duran Barba quien sostenía que en el peor de todos los casos Macri perdía por solo dos puntos.



No haber hecho cambios importantes a la estrategia electoral que se tenia preparada para enfrentar a Cristina, sin duda fue un error estratégico que favoreció a la campaña de Alberto Fernández. Los asesores de Macri no se dieron cuenta que Alberto Fernández era percibido por muchos votantes como un hombre más moderado y más pro-negocios que la expresidenta. Este es otro punto en que el colaborador de Duran Barba, Gandhi Espinosa culpa a su jefe por no haber modificado a tiempo la estrategia (pág. 28). El texto explica que tanto el consultor como el presidente Macri, se vieron influenciados por algunos políticos ex-peronistas "amigos" como Carlos Grosso, quienes les aseguraban que la candidatura de Alberto no iba a generarle nuevos votos a la formula Fernández-Fernández (pág. 28). Situación difícil de creer si se toma en cuenta la coalición que Alberto Fernández había construido en sus años de oposición a los Kirchner.



Otros importantes errores de campaña también le costaron la reelección, a la carismática gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. Ella bajo una estrategia de campaña diferente, por ejemplo, ejercitando la opción de separar las elecciones provinciales de las nacionales, muy seguramente hubiera tenido muchas más posibilidades de retener el control de esta importante provincia. Lamentablemente para su partido, la líder terminó perdiendo por un margen de 17 puntos frente a su rival Kirchnerista, Axel Kicillof, exministro de economía de la entonces expresidenta Fernández de Kirchner.


Nota: Un análisis más extenso sobre la derrota de Mauricio Macri en el 2019 se encuentra en el libro: "La caída: De la ilusión al derrumbe de Cambiemos" (2020) del sociólogo, profesor de la UBA, Guillermo Levy.



Otros temas importantes del libro: salud mental de Cristina, violencia doméstica en la pareja del gobierno (Néstor y Cristina) y corrupción en la administración.


Aunque el objetivo de este artículo es destacar algunas de las habilidades que como operador político llevaron a Alberto Fernández a la presidencia, no puede haber una reseña de este libro sin al menos mencionar otros tres temas interesantes.


El primero, son los trastornos de bipolaridad que sufre Cristina Fernández de Kirchner (pág. 201). De acuerdo con Lindner estos explican sus cambios intempestivos de temperamento que pasan de estados de euforia a momentos de depresión y viceversa. El autor menciona otros textos donde también se observa la misma patología en la líder. Adicionalmente, Lindner relata una entrevista con un médico que la ha tratado para este problema y observa que esta es una característica psicológica más común de lo que se piensa, pues afecta del 3% al 4% de la población mundial. Se concluye que, con un tratamiento adecuado de terapia y medicación, muchos pacientes pueden tener una vida normal.




Un segundo aspecto revelador es la forma como Néstor Kirchner expresaba físicamente su autoridad. Esto iba desde tocarle la cola como "macho alfa" a sus colaboradores hasta golpearlos fuertemente como si fueran bolsas para entrenar boxeo. Lindner agrega que funcionarios muy cercanos a la pareja, como Alberto Fernández, más de una vez decidieron huir de situaciones en las que fueron testigos de agresiones físicas de Néstor contra Cristina. Para apoyar este relato, el autor cita testimonios como el de Sylvina Walger (biógrafa de la presidenta), Daniel Muñoz (secretario privado de Néstor) y Eduardo Arnold (amigo de la pareja) (págs. 246-248).



A diferencia de los dos puntos anteriores, los cuales son presentados de forma puntual en el libro, el tema de la corrupción en los gobiernos kirchneristas es recurrente a través de todo el texto. Para Lindner, Néstor Kirchner quien ejercía el liderazgo de los "pingüinos" (políticos del sur de Argentina), era el que más lucraba de negocios irregulares del estado. Por su parte, Cristina Fernández, y sus colaboradores, "los cristinos", llamaban al bando de Néstor Kirchner, "los impresentables" (pág. 241) y los combatían, en ocasiones sin darse cuenta de que estos últimos tenían el respaldo de Néstor, el presidente.


Esta confrontación interna se exterioriza cuando Cristina asume la presidencia en el 2007 y nombra a algunos ministros como Graciela Ocaña en la cartera de salud y Martín Lousteau en economía, quienes se enfrentan y son derrotados por "la super banda de Julio De Vido", político que respondía a Néstor y quien sirvió como ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios desde el 2003 hasta el 2015 (pág. 209).



Lindner ubica a Alberto Fernández como aliado de los "cristinos" y la contraparte en el gobierno de la "super banda de Julio De Vido." Sin embargo, para el autor este enfrentamiento no se debe tomar como sinónimo de su pulcritud en el manejo de erario público. A lo largo del libro se van presentado situaciones donde el actual presidente argentino lucra y/o intenta acrecentar su patrimonio personal desde los diferentes cargos que ha ejercido, tanto en el sector público como en la gerencia de campañas políticas. Sobre estas últimas, por ejemplo, Lindner dice: "Hay un Fernández que es cajero de la campaña de Duhalde en 1990 y adquiere dos departamentos en Recoleta justo durante esos meses de recaudación." (pág. 15) La misma idea es reforzada por Julio Bárbaro, militante peronista y politólogo de la Universidad del Salvador en Buenos Aires, quien afirma que: "En la vida de Alberto, el crecimiento patrimonial se corresponde con los cargos." (pág. 347).


Nota: En la foto de bajo se puede observar al actual mandatario argentino con su amigo, el político chileno Mario Enríquez-Ominami, líder quien casualmente también ha sido cuestionado por supuestamente desviar contribuciones de campañas a sus arcas personales. En el medio se ve a Dylan, la mascota de Alberto Fernández.




Conclusión:


El enfoque periodístico del libro hace que sea de amena lectura y pueda ser fácilmente abordado por personas sin mucha familiaridad con los eventos políticos de Argentina.


Los estudiosos en el área de liderazgo político, por su parte, pueden encontrar interesante la lectura de este texto debido a que la narrativa subraya la importancia de profundizar en el estudio de las relaciones entre presidentes, vicepresidentes y sus jefes de gabinete. Estas relaciones de poder refuerzan la idea de que los gobiernos no se deben ver como entes monolíticos donde todos sus principales funcionarios piensan igual, sino como organizaciones complejas donde diferentes actores y facciones coexisten enfrascados en procesos de cooperación y competencia.


Personas interesadas en el desarrollo actual de la política argentina también podrán encontrar en estas páginas las bases para explicar algunos de los conflictos (y las negaciones de estos) entre la rama ejecutiva del gobierno manejada por Alberto Fernández y el legislativo donde la vicepresidenta tiene una importante fuente de poder. Lindner también nos recuerda las razones por la que ese país tiene una política exterior tan conciliadora hacia Venezuela y nos da luces sobre las posibles dinámicas que la oposición puede adoptar para aumentar su caudal electoral en las elecciones legislativas del 2021.


 

Vídeo: "Alberto Fernández: El hombre. El político. El Enigma." (57:10 minutos)


Se invita a los lectores interesados en profundizar sobre la figura política de Alberto Fernández, a ver el documental que se encuentra a continuación: "Alberto Fernández: El hombre. El Político. El enigma." El filme fue producido por el diario argentino "La Nación" en el 2019 y consta de seis cortos capítulos que complementan la información presentada en este artículo. Estos son: (1) De operador a candidato, (2) Infancia, juventud y los primeros pasos en la política, (3) El jefe de gabinete, (4) El opositor [al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner], (5) La reconciliación y (6) La campaña y el Triunfo.


Ver documental:


Capítulo 1: De operador a candidato (11:15 Minutos)



Capítulo 2: Infancia, juventud y primeros pasos en la política (8:27 minutos)



Capítulo 3: El jefe de Gabinete (11:11 minutos)



Capítulo 4: El opositor (8:25 minutos)



Capítulo 5: La reconciliación (8:59 Minutos)



Capítulo 6: La campaña y el triunfo (8:51 Minutos)



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Este artículo fue escrito por Mauricio Florez Morris, Ph.D. El autor ha sido profesor en las facultades de Ciencia Política y Sociología en University of Maryland, George Washington University, Georgetown University, y North Virginia Community College en los Estados Unidos. En la Universidad del Rosario y la Universidad Javeriana en Colombia, al igual que en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad del Salvador en la Argentina.

Su actual interés académico se centra en temas relacionados con los estudios de opinión pública, campañas electorales, marketing, liderazgo y psicología política. Es miembro de la American Association of Political Consultants (AAPC), la American Political Science Association (APSA) y la American Sociological Association (ASA), al igual que de la Asociación Colombiana de Consultores Políticos (ACOPOL). Ha trabajado en campañas electorales para organizaciones afiliadas al Partido Demócrata en los Estados Unidos.

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