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Del senado a la vicepresidencia: Cómo Kamala Harris se afianza en la escena política estadounidense



Explorando los más recientes años de la líder demócrata de origen afroamericano, hoy vicepresidenta de los Estados Unidos, iniciamos este artículo con Kamala Harris quien decide casarse por primera vez, casi a los 50 años, con el abogado Douglas Emhoff y al mismo tiempo reorientar su vida pública, capitalizando su experiencia como Fiscal General de California para ganar un mayor protagonismo a nivel nacional. Esto último lo logra primero compitiendo exitosamente por una de las dos curules del senado en representación de su Estado y después lanzándose al ruedo, con menos suceso, para disputar la nominación del Partido Demócrata por la candidatura a la presidencia.



Se analizan brevemente ambas campañas indicando algunos de los factores que contribuyeron tanto a la victoria electoral para el senado como a su posterior derrota a la presidencia, que, aunque en su momento fue un resultado adverso, le brindó una importante vitrina, colocándola en primera fila entre las posibles compañeras de fórmula de Joe Biden.


Su selección como candidata a la vicepresidencia por la boleta demócrata y el posterior triunfo por más de 5 millones de sufragios populares, y 306 votos electorales contra 262 de Trump, demostraron que Biden había acertado al escoger a una coequipera que con su vitalidad y experiencia en temas jurídicos complementaba muchas de sus cualidades como líder.



Este artículo se desarrolla destacando los más interesantes datos presentados en el nuevo bestseller: "Kamala´s Way. An American Life" (A la manera de Kamala. Una vida americana) (2021), de Dan Morain, conocido reportero político de Los Ángeles Times y Sacramento Bee, dos de los principales diarios de California.



En previa publicación de este blog, "Vicepresidenta Kamala Harris: lecciones de vida. Sus tempranos y meritorios triunfos en política" se exploran tópicos como los factores que influyeron en la socialización política temprana de Kamala Harris, su éxito como candidata en las elecciones tanto de Fiscal del Distrito de San Francisco como de Fiscal General de California y algunos de sus principales logros en ambos cargos. En el artículo a continuación se presenta a una líder en una etapa de mayor protagonismo nacional y con más madurez a nivel personal.


 

Anteriores noviazgos y su matrimonio con Douglas Emhoff


Posterior a los dos años de noviazgo que Harris mantuvo con el político Willie Brown y que le sirvieron a ella para aprender el manejo práctico de situaciones electorales, Harris decidió mantener un bajo perfil en sus relaciones de pareja. Por fotos publicadas en la revista Jet, en el 2001, se conoció que salió por un tiempo con el presentador de programas de farándula, Montel Williams. Esta información recién fue confirmada por el artista, en un twitter, muchos años después, cuando la líder ya estaba en el Senado (2016).



El libro ofrece un capítulo de cinco páginas, titulado "Just a dude" (Solo un tipo cualquiera), describiendo el noviazgo de Harris con el abogado Douglas Emhoff quien trabajaba entonces con la firma Venable LLP, representando clientes de corporaciones y de la industria del entretenimiento. Él, de la misma edad de Harris, ya tenía dos hijos, Cole y Ella, de su primer matrimonio con la productora de cine Kerstin Mackin, conocida en Hollywood por su trabajo en documentales políticos como: The Final Year (2017) sobre el último año de Obama en la Casa Blanca y AKA Jane Roe (2020), relatando la lucha por los derechos de las mujeres para decidir sobre su cuerpo.


Morain nos comenta que el esposo de Kamala era más conocido entre sus amigos como un buen jugador de golf y seguidor del equipo de basquetbol los Lakers de Los Ángeles que por su interés en asuntos electorales. Aunque en los últimos 21 años donó a diferentes organizaciones partidarias alrededor de $5.800 dólares, este monto, dentro de los estándares en los Estados Unidos, no lo convierten en un importante patrocinador de causas políticas.



La pareja se conoce en una cita a ciegas en el 2013, organizada por sus amigos, Chrisette y Reginald Hudlin. Desde el inicio mantuvieron su relación en secreto hasta anunciar su matrimonio, el cual se realizó el 22 de agosto del 2014, casi dos meses antes de que Harris cumpliera sus 50 años (nació el 20 de octubre del 1964). La ceremonia privada se llevó a cabo en la Corte de Santa Barbara, presidida por su hermana menor, la abogada Maya Harris quien actuó como notaria. Los invitados destacaron el sentido multicultural de la boda, pues Harris portaba una guirnalda hindú alrededor del cuello mientras que Emhoff seguía la tradición judía de pisar vasos de cristal.



Aunque los asesores de Kamala Harris en un primer momento intentaron mantener a Emhoff en un segundo plano, siempre se dieron situaciones en que él acaparó la atención de la prensa. Una de estas sucedió durante la campaña por la nominación presidencial (jun 2019) cuando Aidan Cook, activista proderechos de los animales, interrumpió a Harris, arrebatándole el micrófono, durante su aparición en un foro organizado por el movimiento MoveON en San Francisco.


En el vídeo a continuación, se puede observar a Emhoff junto con guardias de seguridad, retirando agresivamente al manifestante. Para el bien de la campaña Harris, la situación no paso a mayores, nadie resulto agredido, no se presentaron cargos contra Cook, y él pudo difundir su mensaje sobre el efecto negativo que la ganadería tiene en la deforestación de miles de hectáreas en el Amazonas, preocupación que es compartida por sectores progresistas del Partido Demócrata.



Elección de Kamala Harris al Senado de los Estados Unidos


El 14 de mayo del 2015, poco después de su matrimonio, Kamala Harris anuncia la intención de competir por la curul del Senado que la entonces líder demócrata Barbara Boxer dejaba libre tras anunciar su retiro. Ese mismo día su campaña recibió $92,452 dólares en donaciones. Cinco meses después, su principal contrincante, Loretta Sánchez, una política demócrata del condado de Orange County, con 20 años de experiencia legislativa en la Cámara de Representantes, también decidió competir por este puesto.


Morain, el autor del bestseller sobre Harris, dice que, aunque a primera vista la experiencia y el origen latino de Sánchez le daban ventaja, en la práctica su campaña no estaba bien organizada y la representante tendía a cometer muchos errores en sus declaraciones públicas. Por ejemplo, se recuerda cómo durante una reunión política, Sánchez es filmada remedando un grito de guerra de los nativos americanos, esto para mostrar la diferencia entre ellos y los inmigrantes de la India (en clara alusión al origen de la madre de Harris). El gesto fue tomado como un insulto por los aborígenes de Estados Unidos y suscitó duras críticas contra la candidata generando una crisis en su campaña, que la llevó a tener que disculparse públicamente.


Ver vídeo de Sánchez remedando a los aborígenes y la reacción de Harris ante el error de su oponente (duración: 1.05 minutos).



No aprendiendo del anterior error, durante el debate televisado con Kamala Harris, Loretta Sánchez al extenderse en una repuesta, recibe reiteradas solicitudes del moderador para cederle la palabra a Harris. Esta presión y la falta de práctica en debates hace que Sánchez al terminar de hablar hiciera un movimiento de baile llamado "dab" que había sido popularizado por el lanzador (quarteback) Cam Newton, del equipo de futbol americano, Carolina Panthers. Posiblemente Sánchez no recordaba que "dabble" significa desarrollar una actividad de forma superficial o casual, y la expresión "dabble in politics" se refiere a las personas que se meten a improvisar en temas políticos. Frente a este "autogol" de Sánchez, Harris solo atinó a hacer una cara de sorpresa y a decir que ciertamente había una clara diferencia entre las dos candidatas, y que los votantes la podían apreciar (pág. 138)


Ver vídeo con el movimiento "dab" de Sánchez y la reacción de Harris (Duración: 31 segundos)



Mientras la candidata Sánchez cometía errores como los dos arriba descritos, la campaña de Harris se concentró en hacer un autoexamen, buscando los puntos débiles de su candidata y así estar mejor preparados para defenderse de posibles ataques. Como parte de este Estudio de Oposición revisaron todas las donaciones que Harris había recibido para sus campañas desde el 2002. El monto recaudado sumaba $32 millones de dólares, de los cuales se detectaron $6000 aportados por Donald Trump y su familia. La reacción de la campaña fue donar este dinero a un centro de apoyo para los inmigrantes en California y publicar esta información antes de que Sánchez la pudiera usar para desacreditar a su rival frente a votantes demócratas. Adicionalmente, la campaña Harris recordó que previamente a participar como candidato, Donald Trump acostumbraba a donar dinero a muchos políticos de diversas tendencias ideológicas (pág. 143).


El día de las elecciones para senado Kamala Harris obtuvo 5,207,202 votos (62.7%) frente a Loretta Sánchez quien logró 3,095,772 (37.3%). Morain apunta que uno de los políticos que impulsó esta candidatura de Harris, desde un primer momento, fue Joe Biden. También comenta que el día de la victoria de Harris, 8 de noviembre del 2016, no hubo muchas celebraciones pues todo el Partido Demócrata estaba conmocionado con la sorpresiva derrota de Hillary Clinton frente Donald Trump en las elecciones presidenciales. Harris fue una de las políticas que decidió no llamar a felicitar a Trump por su victoria, pues su intención era ir a Washington DC a luchar contra su ideología de desprecio a las minorías, a las mujeres y al medio ambiente.


Para acentuar su posición política a favor de los latinos, Harris hizo su primera aparición pública como senadora electa en la sede de la Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes (pág. 168). Allí, ella reiteró su compromiso por defender los derechos de esta población frente a los ataques que ya venía preparando Trump. Uno de estos era el de cancelar el programa de DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) y así poder deportar a cientos de miles de inmigrantes, que entraron al país de niños y habían vivido toda su vida en los Estados Unidos.


Gestión de Kamala Harris como senadora en representación de California


El 3 de enero del 2017, Harris se convirtió en la segunda mujer afroamericana en ser electa senadora de los Estados Unidos, siendo precedida solamente por la también demócrata Carol Moseley Braun, quien llegó a la cámara alta por el Estado de Illinois en 1993. Su preparación como fiscal fue rápidamente aprovechada por el líder demócrata del Senado, Chuch Schumer, quien la comisionó para que interrogará a los recién nominados miembros del gabinete de Trump.



Morain describe en varios capítulos muchas de las intervenciones de Harris frente a estos nuevos funcionarios republicanos, la mayoría de los cuales luego saldrían de esa administración renegando de su jefe. Aunque el Partido Demócrata no tenía los votos suficientes para frenar los nombramientos, Harris y otros colegas usaron esta oportunidad para recordarle a los nominados sobre los parámetros legales en que debían actuar. En ocasiones, la nueva senadora logró que algunos de ellos aparecieran en los registros oficiales negando la existencia del calentamiento global o de la intervención rusa en las elecciones del 2016. En esta sección del libro, también se hace énfasis en el interrogatorio que Harris le hizo a Brett Kavanugh, juez nominado por Trump para integrar la Corte Suprema de Justicia. Él fue seriamente cuestionado por un episodio de abuso sexual contra su compañera de universidad, Christine Blasey Ford.



Fuera de estas intervenciones que le dieron bastante protagonismo a Harris en los medios de comunicación, ella tuvo la oportunidad de integrar cuatro importantes comités, que sin duda le aportaron valiosas experiencias que fortalecen su actual desempeño como vicepresidenta. Las comisiones parlamentarias que la recién llegada senadora integró fueron: (1) Inteligencia, (2) Medio ambiente y obras públicas, (3) Presupuesto y (4) Seguridad nacional y asuntos gubernamentales. Morain aclara que estas asignaciones rara vez se ofrecen a los nuevos miembros, pero se hizo una excepción con Harris debido a que sus colegas reconocieron su alto potencial de liderazgo (pág. 171).



Adicionalmente de liderar la fiscalización del Partido Demócrata sobre funcionarios de la administración Trump, trabajar en cuatro comisiones y participar como candidata en dos campañas (Una por la nominación del partido a la candidatura presidencial y la otra como compañera de fórmula de Biden), Harris tuvo también tiempo para introducir múltiples legislaciones a favor del medio ambiente y de amplios sectores sociales en los Estados Unidos.



Entre sus proyectos de ley se destacan iniciativas para recuperar tierras estatales en las orillas de los ríos Trinity y Mad al norte de California y para limpiar la polución del rio Tijuana en la frontera sur con México. Igualmente propuso una legislación orientada a mejorar el medio ambiente de barrios marginales cercanos a fabricas generadoras de polución y otra iniciativa para regular la industria de los cosméticos. Esta última obligaba a sustituir algunos materiales químicos que se han probado nocivos para las personas que trabajan en salones de belleza y tienen contacto permanente con estos productos.



Harris también avanzó en una reciente legislación para proteger a desempleados por el Covid-19 y la necesidad de desarrollar nuevas políticas que amortigüen el impacto desproporcional que esta pandemia ha tenido en las poblaciones más carenciadas de la sociedad. Debido a que los republicanos tenían la mayoría en el senado, todas estas iniciativas fueron bloqueadas, sin embargo, sirvieron para mostrar parte de la agenda en políticas públicas que ella estaba interesada en adelantar.



Participación y derrota de Kamala Harris como precandidata a la presidencia de los Estados Unidos


Desde el punto de vista de la consultoría política es interesante analizar qué factores influenciaron para que Harris no continuara su racha ganadora y no pudiera lograr la nominación del Partido Demócrata a la presidencia de los Estados Unidos en el 2020.



De acuerdo con Morain, una de las razones para la derrota fue la falta de experiencia de su director de campaña Juan Rodríguez, quien, a sus 35 años, su único trabajo previo a Harris había sido una pasantía con el alcalde de los Ángeles Antonio Villaraigosa. Aunque la maestría en negocios (MBA) de la universidad Pepperdine en Malibu le daba al asesor conocimientos en el manejo de organizaciones, se sabe que lo que se aprende en las escuelas de negocios no siempre se puede aplicar directamente en la dirección de campañas electorales. Por ejemplo, la aparente falta de tacto de Rodríguez al despedir asesores cuando la candidatura empezó a tener carencias económicas solo agudizó los problemas de la misma, pues incentivó las filtraciones de información donde se ventilaban muchos de los problemas que se tenían.



Investigando sobre la campaña Harris a la nominación presidencial, es fácil encontrar publicaciones de exintegrantes de su equipo, como Kelly Mehlenbacher (Directora de Operaciones de la campaña para el Estado de California) quien públicamente renuncia debido a los malos tratos que recibió de Juan Rodríguez y Maya Harris (la hermana de la candidata). Su testimonio fue publicado por el periodista Jason Lemon, de la famosa revista Newsweek, en un artículo que se puede traducir al español como: "Campaña de Kamala Harris acusada de tratar al personal 'tan mal' y no tener 'un plan real para ganar'". Ver publicación. Lemon incluso hace referencia a otro artículo de "The Times" donde se dice que más de 50 trabajadores y exfuncionarios de esta candidatura se han sumado a estas quejas. Un director de campaña con más experiencia hubiera tenido mayor cautela al contratar colaboradores, y una vez en la nómina, en caso de no cumplir las expectativas, les hubiera podido reasignar funciones. Despedir personal en medio de una contienda electoral siempre debe ser el último recurso.




El libro menciona otros errores en la dirección de la campaña (pág. 212), por ejemplo, creaba molestias el hecho de que Harris llegará con frecuencia tarde a las reuniones y que se caracterizará por eludir periodistas al no tener respuestas preparadas a temas que la misma candidata había propuesto como: la reforma del seguro de salud, la descriminalización de la prostitución entre adultos y la legalización de la venta de marihuana.



En este último tópico tuvieron dos tipos de fallas: "los errores no forzados" y la no preparación de buenas respuestas a ataques previsibles. Un ejemplo de errores no forzados ocurrió cuando los periodistas le preguntaron a Harris si había utilizado marihuana durante sus años en la universidad. Ella respondió que sí, y agregó que no se podía esperar algo diferente teniendo en cuenta que se había criado dentro de la cultura jamaiquina. Por supuesto, esta respuesta es un típico error no forzado, pues generó airadas quejas de personas de esa comunidad quienes encontraron ofensiva la caracterización. Inclusive su padre, jamaiquino de nacimiento, la criticó en su blog.


Adicionalmente la campaña fallaba en su capacidad para predecir ataques. Esto se vio durante un debate cuando su contrincante demócrata, Tulsi Gabbard, representante por Hawái, la acusó de tener una doble moral al haber fumado marihuana en la universidad y luego como fiscal, haber encarcelado a más de 1500 personas por lo mismo. Ataques tan predecibles como este parecían tomar por sorpresa a Harris.



Posiblemente una de las lecciones más importantes aprendidas en esta campaña fue la de no proponer temas, ni lanzar ataques sin estar preparados para darle un seguimiento a los mismos. En otras palabras, tener en cuenta que muy seguramente va a existir una reacción de la prensa y de los contrincantes a los tópicos planteados por la campaña. Este error fue evidente en el famoso ataque que Harris le hizo a Biden, durante un debate, en el que lo cuestionaba por haberse aliado con líderes conservadores del sur de los Estados Unidos para frenar las políticas de "bussing", medidas dirigidas a lograr mayor integración racial en los colegios públicos y que se centraban en transportar estudiantes en buses, de un distrito escolar a otro, para lograr aulas con mayor diversidad racial.



El ataque de Harris a Biden, generó inicialmente un golpe publicitario favorable para la candidata quien mostró que estaba compitiendo en serio por la nominación del partido. Lo anterior se tradujo en un importante aumento de donaciones para su campaña. Sin embargo, el momento de popularidad logrado no duro mucho porque Harris no avanzó en el tema con propuestas sobre integración racial en los Estados Unidos. Este tipo de situaciones empezaron a ser más comunes durante la campaña Harris. Por un lado, ella era muy efectiva dando golpes publicitarios como su foto en las redes sociales donde aparece de niña tomando un bus para asistir a una escuela que favorecía la integración racial (ver foto abajo). Sin embargo, estas iniciativas publicitarias se perdían a los pocos días porque la campaña no estaba preparada para avanzar en propuestas concretas sobre los temas planteados. En otras palabras, la táctica de guerrillas que los asesores de Harris estaban implementando, de "golpear y escapar", término deteriorando la imagen de la candidata en ese momento.



A nivel de marketing la campaña Harris no encontró un espacio para posicionarse entre candidatos más progresistas como Elizabeth Warren y Bernie Sanders, y otros más moderados como Pete Buttigieg. Contrario a sus exitosas campañas anteriores, la líder tuvo dificultades para explicar sus razones para lanzarse a la candidatura presidencial y se limitó a decir que ella como fiscal, era la mejor preparada para presentar una querella contra Trump, si le daban la oportunidad de debatirlo.



Adicionalmente Harris incurrió en un error que muchos otros políticos de minorías cometen. Fue el pensar que por el solo hecho de pertenecer a una comunidad, las personas de la misma iban a votar por ella. Por ejemplo, razonando de esta forma, la campaña Harris creía que simplemente por ser afroamericana obtendría suficiente apoyo entre ese electorado demócrata de Carolina del Sur, el cual constituye el 60% del total de los votantes registrados en este partido. Como se puede apreciar en la foto de abajo esto no sucedió. Harris solo tenía el apoyo del 6% de los votantes afroamericanos, mientras que tres candidatos blancos (Biden, Sanders y Warren) que habían hecho mejores campañas la superaban en ese Estado. Entre la población blanca sus números eran aún peores. El día de las elecciones, toda la estructura electoral del partido se volcó a apoyar a Biden.



Al final, los numerosos errores cometidos en la dirección de la campaña le restaron credibilidad a las posibilidades de que Harris pudiera ser la nominada por el Partido Demócrata, lo cual a su vez repercutió en una notable disminución de donaciones.


En un último esfuerzo por salvar la candidatura de Harris, el consultor Brian Brokaw, destacado profesional y quien había sido el anterior director de las campañas de Harris, intentó tomar las riendas de esta y diseñó un spot mostrando las razones por las cuales ella era la candidata que ponía más nerviosos a sus contrincantes republicanos. Adicionalmente Brokaw ayudó a conseguir 500 mil dólares para pautar este aviso. Sin embargo, la cuña nunca se emitió, pues la candidata basada en datos de las encuestas donde la mostraban perdiendo por un amplio margen, inclusive en su Estado de California, decidió retirarse de la contienda.


En conclusión, el nivel de competencia que Harris enfrentó en esta elección era mucho más alto de lo que antes había vivido en pasadas contiendas. Tanto ella como su director de campaña, Juan Rodríguez, se dieron cuenta después de bastantes reveses que no era lo mismo enfrentar a Sánchez (en la carrera para el senado) o a Cooley (rival en la elección de Fiscal General en California) que competir a nivel nacional contra los excelentes equipos profesionales de campaña que habían ensamblado figuras como Joe Biden, Amy Klobuchar, Elizabeth Warren y Bernie Sanders.



Nota: Lectores que quieran profundizar aún más en los numerosos errores que se cometieron en esta candidatura pueden leer el artículo: "Cómo se diluyó la campaña de Kamala Harris" (How Kamala Harris’s Campaign Unraveled) publicado en el diario The New York Times del 29 de noviembre del 2019.


Nominación de Kamala Harris en la fórmula presidencial del Partido Demócrata y victoria sobre Donald Trump


Las últimas cuatro páginas del libro brevemente describen el proceso de selección de Kamala Harris como compañera de fórmula de Biden. Se muestra cómo diferentes aliados de la líder hicieron lobby para que ella fuera la escogida en la fórmula presidencial. Este proceso se inició cuando Biden prometió que su compañera de boleta iba a ser una mujer. En la puja por este puesto, participaron diferentes grupos que favorecían a varias líderes.



Uno de los factores que ayudaron a Harris fue que ella representaba a las mujeres afroamericanas, bloque de votantes muy importante en el electorado demócrata. Adicionalmente era la única líder afroamericana que tenía una experiencia exitosa ganando una elección importante, como la del Senado en el 2015. Su extensa carrera política también garantizaba que ella ya había sido investigada por numerosos expertos en Estudios de Oposición, y que cualquier información negativa que se tuviera, ya se había utilizado en previas campañas.


Otro factor que inclinó la balanza a favor de Harris fue su previa amistad con el hijo de Joe Biden, Beau Biden, al igual que con el resto de esta familia. Desde el punto de vista de la consultoría política ella también era vista con buenos ojos pues brindaba un contraste interesante a la fórmula presidencial. Sus espontaneas expresiones de vitalidad que usualmente la llevaban a bailar en la tribuna o a expresarse de forma jovial y descomplicada, contando chistes, ofrecían un importante contraste con la figura de Joe Biden y servían para llegar a la población joven, otro sector importante de votantes. Por supuesto, el hecho de que ella fuera muy eficaz realizando ataques contra los opositores políticos, y al mismo tiempo, tuviera la disciplina para saber cuándo realizarlos y cuándo no, fue otro factor que jugó a su favor.



Conclusiones


El libro reseñado en este articulo: "Kamala´s Way. An American Life" (A la manera de Kamala. Una vida americana) (2021), junto con su autobiografía "The Truths We Hold" (Las verdades que sostenemos) (2019), constituyen las dos principales publicaciones que hasta el momento se han escrito sobre la líder. Mientras el primero presenta una visión más objetiva y critica de Harris, el segundo es considerado como una pieza más subjetiva de publicidad electoral. Esta diferencia se puede ver en la forma cómo las dos publicaciones presentan la relación sentimental que Harris tuvo con el político Willie Brown. Por supuesto ambos libros deben ser leídos para tener una imagen más completa de la actual vicepresidenta.



Desde la visión de la consultoría política el libro de Morain nos ofrece muchas lecciones para tener en cuenta en futuras campañas. La trayectoria electoral de Harris nos recuerda una vez más sobre la necesidad de hacer cambios en la forma de desarrollar la campaña cuando un candidato regional exitoso quiere expandir su horizonte electoral y competir por un puesto a nivel nacional. Este cambio de mentalidad en los políticos no siempre es fácil de lograr pues muchos candidatos por razones entendibles tienden a aferrarse a las prácticas que en el pasado les han dado resultados.



La importancia que Harris tiene para la política norteamericana, solo nos hace pensar que, en un futuro cercano, nuevos estudios van a ser publicados sobre ella. Se espera que en la medida en que la administración Biden avance, Harris va a adquirir mayor protagonismo en la implementación de muchas de sus iniciativas. Esto sin duda incluye la política de los Estados Unidos hacia Latinoamérica y el Caribe.


Adicionalmente parte de su trabajo va a ser conservar unida la importante coalición que derrotó en las urnas a Donald Trump y que muy posiblemente va a tener que enfrentar a sus lugartenientes en las elecciones parlamentarias del 8 de noviembre del 2022. De su desempeño como vicepresidenta dependerá que ella pueda llegar a alcanzar el más alto estatus al que han llegado otras líderes mujeres en el espectro de la política mundial.


 

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Este artículo fue escrito por Mauricio Florez Morris, Ph.D. El autor ha sido profesor en las facultades de Ciencia Política y Sociología en University of Maryland, George Washington University, Georgetown University, y North Virginia Community College en los Estados Unidos. En la Universidad del Rosario y la Universidad Javeriana en Colombia, al igual que en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad del Salvador en la Argentina.

Su actual interés académico se centra en temas relacionados con los estudios de opinión pública, campañas electorales, marketing, liderazgo y psicología política. Es miembro de la American Association of Political Consultants (AAPC), la American Political Science Association (APSA) y la American Sociological Association (ASA), al igual que de la Asociación Colombiana de Consultores Políticos (ACOPOL). Ha trabajado en campañas electorales para organizaciones afiliadas al Partido Demócrata en los Estados Unidos.

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