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  • Mauricio Florez Morris, Ph.D

"PODEROSAS": Consejos para mujeres que quieren ser líderes políticas.

Actualizado: 5 jul 2020

Escenas como la ocurrida en diciembre del 2016, en la cual la Asociación de Exportadores de Manufacturas de Chile (Asexma) le regaló de navidad, al Ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, una muñeca inflable con el fin de "estimular la economía" es prueba de la actitud que actualmente tiene hacia las mujeres un sector de la élite chilena (ver vídeo abajo) y que no es la excepción en la región. Estas situaciones ponen en evidencia la importancia de comentar y diseminar trabajos, como el libro "PODEROSAS" (2014), de la conocida periodista chilena Beatriz Sánchez, cuya narrativa es de gran utilidad para todas las mujeres y en especial para las que estén considerando entrar en la vida política o que ya estén dando sus primeros pasos en esta actividad.

"PODEROSAS" nos permite incursionar en el pensamiento de ocho de las principales mujeres en la política chilena sobre temas de liderazgo y poder, entre ellas: Michelle Bachelet (Presidenta de la República), Isabel Allende (Presidenta del Senado e hija del ex-presidente Salvador Allende), Evelyn Matthei (Ex-candidata a la presidencia, ex-ministra y actual alcaldesa de Providencia) y Camila Vallejo (ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y actual Diputada en la Cámara de Representantes por el Partido Comunista). En este libro se narran valiosas experiencias y lecciones aprendidas por todas las entrevistadas. Su lectura también es importante para dirigentes políticos comprometidos en ampliar la participación de las mujeres en sus organizaciones y para los asesores que estén apoyando el trabajo de ellas.

Brevemente este artículo narra: (1) la visión que estas dirigentes tienen del machismo en sus organizaciones políticas, (2) las zancadillas que han usado contra ellas en algunas de estas organizaciones, (3) los consejos que dan para ser líderes más efectivas, (4) los elementos positivos que han encontrado al ejercer el liderazgo, (5) los aspectos negativos de ser líderes políticas, (6) la relación entre belleza física y liderazgo y (7) algunos problemas de las mujeres que requieren atención de las líderes. El artículo concluye con reflexiones sobre el texto y la potencialidad de este tema para futuras investigaciones en liderazgo político.

 

1- Machismo dentro de las organizaciones políticas

Independientemente del partido al cual pertenecen o a la ideología que profesan, todas las líderes mujeres entrevistadas para este libro opinan que existen elementos de machismo dentro de sus organizaciones políticas. Ellas explican que los altos cargos que han alcanzado en sus partidos, muchas veces se han logrado gracias a eventos externos como ganar elecciones para puestos públicos o haber cumplido una destacada labor en el gobierno. Estas buenas actuaciones les han generado reconocimiento de la población, que se ha traducido en un capital político para escalar posiciones dentro de sus organizaciones. Ellas opinan que tratar de construir un liderazgo haciendo méritos solo dentro del partido es mucho más difícil para las mujeres que para los hombres.

El texto es especialmente revelador por las opiniones que expresan estas líderes sobre el rol que ejercen los partidos respecto a las mujeres en la política. Por ejemplo, la Presidenta Michelle Bachelet comenta que "En una gran cantidad de partidos hay machismo que se expresa de distintas maneras, desde las personas que escuchan cuando hablan las mujeres o no. Y no me refiero solo a mi experiencia, también a lo que he visto con otras mujeres y que me lo han constatado parlamentarias. Que cuando ellas hablan, los otros conversan, miran los celulares, en fin. Y después les dicen que anda vestida muy bonita, y no qué bueno el aporte que planteaste." (p. 19). Ella también ve machismo cuando sus compañeros de partido alaban a la mujer por "cualidades de liderazgo blandas" como ser simpática y no por otras características consideradas más valiosas como ser inteligente o presentar buenas propuestas.

 

Desde una visión de izquierda, Melissa Sepúlveda (ex-presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile), reconoce que, aunque la situación de la mujer está mejorando en su país, muchos grupos de esta ideología han subordinado históricamente las demandas de feminismo a las luchas anti capitalistas. Para Sepúlveda el problema de los partidos no está tanto en las personas que lo integran sino en el énfasis y las prioridades que estos tienen.

Desde la centro-derecha, Lily Pérez (ex militante de Renovación Nacional y actual Senadora por Amplitud) opina que, parte de los problemas que surgen con el liderazgo femenino se deben a que por cada mujer con poder, hay un hombre menos con poder y esto genera resentimiento en los colegas (p. 74) Ella sostiene que "los partidos en Chile son tremendamente machistas...Aunque digan todo lo contrario, siempre ponen a una mujer en la foto . . . para adornar, como los mismos políticos hombres reconocen. . . . Pero en la medida en que tú tienes liderazgo y voz, no les gusta nada. Yo creo que hay un doble estándar tremendo todavía en las organizaciones y en los partidos." (p. 90)

La situación de discriminación hacia las mujeres es reforzada por la forma como otras organizaciones actúan. Por ejemplo, respecto a los medios de comunicación, Evelyn Matthei (ex-candidata a la presidencia, ex-ministra y actual alcaldesa de Providencia), comenta que pese a ser Senadora y manejar muy bien los temas económicos, por muchos años los noticieros solo la invitaban a hablar sobre temas de la mujer (p. 57). Bárbara Figueroa (Presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores de Chile) indica que "a nivel de sindicato, evidentemente que la incorporación de las mujeres no es todo lo que uno quisiera y ahí todavía pesan muchos prejuicios sociales." (P. 166)

 

2- Zancadillas de los partidos políticos para frenar el liderazgo femenino

En el caso concreto de los partidos políticos, el libro presenta varios ejemplos de artimañas que sus dirigentes usan para frenar el desarrollo del liderazgo femenino. Aunque el listado no está completo, es importante que tanto las mujeres que quieren hacer política como sus asesores conozcan estos trucos. Por ejemplo, Michelle Bachelet (Presidenta de Chile) indica que los partidos para frenar a las mujeres les asignan competencias electorales donde tienen pocas posibilidades de ganar o escogen mujeres con poca capacidad de lucha que terminen retirándose de la campaña para darle paso a un hombre. Isabel Allende (Presidenta del Senado y miembro del Partido Socialista) hace eco de esta crítica diciendo que muchas mujeres no asumen las obligaciones y consecuencias que tiene el rol de líder dentro de un partido político, por lo que cuando empiezan a surgir obstáculos, las mujeres son las primeras en renunciar (p. 134).

Melissa Sepúlveda (ex-presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile) dice que es un hecho que existan menos mujeres que hombres en las organizaciones políticas, que las mujeres que deciden entrar en estos grupos tienen menos posibilidades de hablar y que cuando hablan les sea más difícil validar sus opiniones (P. 34). Ella sostiene que, aunque cada mujer que participa en política aporta una cuota de rebeldía, muchas veces los partidos terminan dándoles los mismos roles subordinados que ellas tienen en la sociedad, es decir trabajar como secretarias del grupo o cocinando en ollas populares, mientras que los hombres, con la misma preparación, asumen papeles más protagónicos. Evelyn Matthei (ex-candidata a la presidencia, ex-ministra y actual alcaldesa de Providencia) piensa que la diferencia fundamental en política entre hombres y mujeres es que mientras los primeros siempre están buscando más poder, las mujeres se interesan más en hacer bien las cosas. Una estrategia discriminatoria que ella encontró como senadora, era que los hombres se podían quedar hasta más tarde trabajando y muchas decisiones se tomaban en momentos cuando ya se habían ido las mujeres.

Lily Pérez (ex militante de Renovación Nacional (RN) y actual Senadora por Amplitud) observa que uno de los trucos que sus colegas usaban para contrarrestar sus denuncias de machismo cuando estaba en el RN, era organizar conferencias de prensa con otras mujeres, inclusive de puestos inferiores, que la boicoteaban contradiciendo públicamente las quejas que ella tenía por los actos de discriminación dentro de esta organización. Más que acciones de miembros masculinos de su partido contra las mujeres, Isabel Allende (Presidenta del Senado y miembro del Partido Socialista) considera que algunas características de liderazgo masculino hacen que ellos sean más agresivos y que estas situaciones de agresividad sean mejor manejadas por sus pares que por las mujeres. Por ejemplo, ella observaba que cuando los hombres debaten y se ofenden, después en cuestión de minutos, se les olvida, vuelven a ser amigos y salen a tomar cerveza como si no hubiera pasado nada. Por el contrario, este tipo de confrontaciones, a las mujeres, les genera "un rollo interno más grande" que les cuesta mucho más superar (p. 137). Dicho esto, ella sí considera que en muchos partidos políticos hay un machismo silencioso e invisible que se expresa en inercia para colaborar con el desarrollo de las líderes femeninas. Además, observa que este machismo no solo se encuentra entre los líderes hombres sino también en todas las maquinarias de las organizaciones. La agresividad como instrumento de liderazgo también es comentada por Camila Vallejo (ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y actual Diputada a la Cámara por el Partido Comunista). Ella señala que mientras "los liderazgos masculinos son más verticales, preguntan menos a sus pares e imponen un poco más" (p. 103), los liderazgos femeninos son más incluyentes, porque consultan más las opiniones.

 

3- Consejos para mujeres que quieran ser líderes efectivas: Si no eres dura te pasan por encima

Michelle Bachelet (Presidenta de Chile) considera que es importante entender que, en la sociedad, a algunas personas les cuesta aceptar tener una mujer como jefe, por lo tanto, recomienda dialogar bastante con estas personas, escucharlas y ponerse en el lugar de ellas (p. 27). Evelyn Matthei (ex-candidata a la presidencia, ex-ministra y actual alcaldesa de Providencia) opina que cuando una mujer llega a un puesto de poder, debe tener la capacidad de exagerar más el enojo, es decir, actuar como si estuviera más brava de lo que en realidad esta. Esto con el fin de que le tengan miedo. Ella dice que exagerar esta emoción fue parte de lo que aprendió durante su paso por el Congreso. En algunos encendidos debates sintió que la dureza era necesaria, "porque si no tienes cierta dureza te pasan por encima" (p. 70). También ella enfatiza la importancia de prestarle más atención a poner todo el esfuerzo que este a su alcance en las cosas, sin preocuparse tanto por tener o no las capacidades. Este principio lo aplica especialmente en las campañas electorales cuando trata de hacer todo lo posible por ganar. Por lo general este esfuerzo es un importante factor para alcanzar victorias. Su ejercicio de liderazgo también le ha enseñado la importancia de "dejar pasar ciertas críticas porque es peor contestarlas, aunque sean injustas." (p. 60).

Lily Pérez (ex militante de Renovación Nacional y actual Senadora por Amplitud) considera que las mujeres con poder son vistas como un tremendo peligro, por lo que aconseja ejercer el poder con bajo perfil, "sin mostrar mucho los naipes" (p. 74) También habla de que es muy importante que toda persona con éxito tenga en la pareja a un ser que le brinde amor y un sustento emocional permanente (p. 86). Para ella una de las mayores cualidades de un líder es ser coherente, pues en el mundo de hoy las incoherencias se descubren muy rápido, y agrega, que el ser coherente es un importante factor que le da credibilidad a los políticos. Por ultimo recuerda que no se debe perder "el yo femenino" para estar en política y tener éxito.

La idea de dosificar esfuerzos también está presente en el consejo que muchas lideres dan. Por ejemplo, Camila Vallejo (ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y actual Diputada a la Cámara por el Partido Comunista), dice que es importante dejar tiempo para el "ocio necesario," ella por ejemplo reserva los domingos para hacer cosas en familia y recalca que hace mal pensar que uno es una máquina (p.111). Bárbara Figueroa (Presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores de Chile) también piensa que es importante tener espacios de descanso donde se puedan hacer reuniones con amigos y hablar de temas intrascendentes. Carmen Gloria López (ex directora de la Televisión Nacional) comenta que como líder se debe evitar la idea de estar disponible para todo el mundo todo el tiempo, por lo que es importante tener una agenda con horarios de disponibilidad. En este contexto, recuerda cómo una ex-jefe le decía que las cosas más importantes de la vida de una persona no pasan en la oficina (p. 122-125). Ella también aconseja que se ejerza un liderazgo más seductor e inspirador, porque para las mujeres es más importante que los subalternos se sientan convencidos de las ordenes y no solo que las obedezcan (p. 121).

No todos los consejos que las líderes imparten en estas entrevistas sirven exclusivamente a las mujeres. Por ejemplo, la Presidenta Michelle Bachelet dice que lo que más le ha enseñado la experiencia es saber qué cosas no se deben volver a hacer. Ella menciona dos: no contratar personas con estilos de trabajo muy diferentes a los de ella y evitar los subalternos que le oculten los problemas (p. 26). Isabel Allende (Presidenta del Senado y miembro del Partido Socialista) sostiene que, para un líder, sea hombre o mujer, es importante siempre cuidar el nombre y ser consciente de la imagen que proyecta, tanto en el vestido que se usa como en las emociones que comunica. Para ella es fundamental que la líder se desenvuelva con soltura en todas las situaciones posibles, que siempre muestre dignidad y que proyecte alegría. En otras palabras, un personaje público debe siempre estar consciente de que su comunicación va más allá de las palabras, no solo cuando está en la tribuna dando un discurso, sino en todo momento. Isabel Allende también habla de la necesidad de tener líderes más visionarios. Esto significa tener una mirada a largo plazo y ver hacia donde puede ir el país.

Bárbara Figueroa (Presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores de Chile), quien se declara leninista, considera que es importante que los líderes operen dentro de la estructura ideológica del partido, debido a que esto les da seguridad, coherencia y respaldo. Ella argumenta que tener una ideología "ordena y da seguridad no solo a quien es militante, sino que también a la contraparte, donde saben que uno funciona bajo ese criterio de responsabilidad política, y que no se están entendiendo solo conmigo, sino que estás respondiendo a una estructura detrás." (p. 155) Para ella es vital que los partidos políticos participen activamente en la preparación de sus líderes. Por ejemplo, cita la relevancia de concurrir a debates internos, pues si estos son bien conducidos, se convierten en herramientas pedagógicas para aprender a ser más tolerantes con las ideas de los otros y tener más (y mejores) argumentos relacionados con los temas que se discuten.

Al ingresar a la carrera política, toda persona debe sopesar los elementos positivos y negativos que tiene esta profesión. Este es uno de los temas centrales del libro "PODEROSAS." Sobre este punto todo asesor político debe hablar de forma franca con un cliente potencial cuando esté pensando en lanzarse a una campaña política por primera vez.

4- Elementos positivos de liderazgo

Para Melissa Sepúlveda (ex-presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile) algo positivo de ser líder es la capacidad de comunicación, es decir que las cosas que se dicen, tengan resonancia en la sociedad. Esto le atrae porque le permite visibilizar propuestas políticas que de otra forma no tendrían la misma difusión. Lily Pérez (ex militante de Renovación Nacional y actual Senadora por Amplitud) considera que algo positivo de ser una líder mujer es poder aportar una visión diferente a la que tienen muchos de sus colegas hombres. Ella indica cómo pese a haber militado en un partido de centro derecha como la RN (Renovación Nacional), apoyaba iniciativas a favor de la mujer como la ley de divorcio y el uso de la píldora anticonceptiva del día después (p. 78). También se siente bastante satisfecha cuando ayuda a promover la carrera política de otras mujeres, ahora desde su nuevo partido Amplitud.

Para Carmen Gloria López (ex directora de la Televisión Nacional) lo más positivo del liderazgo es poder hacer la diferencia, influyendo en la sociedad. Ella se inspira en personajes como Steve Jobs quien pese a ser millonario siempre estaba motivado para continuar trabajando incansablemente por innovar. Por su parte, para Isabel Allende (Presidenta del Senado y miembro del Partido Socialista) lo más positivo del liderazgo político es cuando las personas a las que les has servido reconocen tu aporte, es decir, el sentir que se hizo algo bien y que se ayudó en algo. En psicología social, este sentimiento es llamado "feeling of mattering", e involucra el sentir que las acciones que la persona efectúa son importantes y valoradas por otros. En el contexto de liderazgo político esto también se relaciona con la búsqueda de todo dirigente por dejar un legado. Sin duda, crear situaciones de "mattering" (que las personas realicen acciones que las hagan sentir significativas e importantes) es un elemento esencial, que debe estar incluido en cualquier buen programa para generar nuevos líderes. Otro elemento de la política que le gusta a Allende, es que es una actividad que se puede desarrollar durante toda la vida. Ella explica que jamás dejara de hacer política porque "el que nace chicharra muere cantando." Bárbara Figueroa (Presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores de Chile) opina que algo positivo es cuando la gente por la calle le dice que ella los representa y que está haciendo bien su trabajo. Le satisface sentir que con su labor contribuye en algo más grande que a sus propios intereses personales.

 

5- Elementos Negativos de liderazgo político: El síndrome de la superwoman

Uno de los elementos que con mayor frecuencia se menciona en estas entrevistas es el alto nivel de exposición que tiene las líderes, lo que les resta privacidad y libertad. En este punto Michelle Bachelet nos cuenta que al convertirse en un personaje público se reducen las posibilidades de hacer cosas simples como ir al cine, juntarse con amigos a tomarse un café y andar en ropa informal durante el verano. Camila Vallejo (Diputada a la Cámara por el Partido Comunista) también opina que lo más negativo del liderazgo es la exposición pública. Ella dice que "es complejo tener la certeza que donde vayas te van a reconocer. y de no poder pasar piola de repente, como cualquier ciudadana. . .. No poder salir en pijama a la esquina, estar preocupada de que, no sé, de si tomas una cerveza con tus amigos en un lugar, capaz que hasta te saquen una foto malintencionada, ¿cachái?" (p. 110). También describe situaciones cotidianas incomodas como cuando va tarde a una cita y en el camino la gente la para para charlar, o las personas que la consideran como un objeto público y se ponen bravas cuando no quiere que se saquen una foto con ella. Carmen Gloria López (ex directora de la Televisión Nacional) entiende también que el liderazgo reduce las zonas de confort de las personas. Estar involucrada en actividades políticas implica que con mayor frecuencia la líder debe dejar la comodidad de su casa para cumplir funciones en otros lugares donde no puede ser anónima. Melissa Sepúlveda (Ex-presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile) concuerda sobre lo negativo que es tener un alto nivel de exposición. Dice que al convertirse en vocero de una organización, esto le genera agotamiento porque debe prestarle mucha atención a todos los temas mediáticos y le resta la posibilidad de trabajar en asuntos relacionados con las bases, articulando comunidades (p. 47).

Un segundo aspecto negativo, según Camila Vallejo (Diputada a la Cámara por el Partido Comunista) , es caer en el síndrome de la "superwoman", pensar que lo puede hacer todo y pasarse todo el tiempo en actividades políticas y escribiendo documentos. Lily Pérez (Senadora por Amplitud) esta de acuerdo con esta visión negativa de la superwoman pues esto le genera a la líder un costo muy alto tanto en su salud como en las relaciones personales. Esta situación es algo que a ella le gustaría evitarle a las nuevas líderes. Posiblemente este síndrome se genera cuando la dirigente quiere hacer muchas cosas y no tiene los medios suficientes para lograrlo.

Uno de los recursos más valiosos que la líder debe administrar es su tiempo, y una de las quejas más recurrentes es carecer de este para realizar cosas importantes, que incluso afectan hasta las relaciones familiares. Por ejemplo, Carmen Gloria López (ex directora de la Televisión Nacional) dice que cuando se es líder, queda poco tiempo para dedicarle a los hijos y a la pareja, y piensa que su trabajo pudo ser una causa para que se le terminara una relación sentimental. Bárbara Figueroa (Presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores de Chile) considera que la falta de tiempo en las líderes mujeres se agudiza cuando ellas tienen que compatibilizar sus roles políticos con los de madres. Camila Vallejo opina que muchos hijos de políticos terminan acusando a esta actividad de haberles quitado un tiempo importante con sus padres. Todos estos testimonios nos recuerdan la importancia de que la persona que quiere entrar en política le consulte primero a su pareja, pues esta es una actividad que usualmente demanda mucho sacrificio de parte de toda la familia.

Un tercer factor que requiere mayor investigación y que puede ser asociado al síndrome de la superwoman, lo indica Lily Pérez cuando dice que "las mujeres con poder ahuyentan mucho a los hombres" (p. 74)

Otro aspecto negativo es ser el blanco de críticas que se le hacen a los líderes políticos. Según Isabel Allende existe la percepción equivocada de que los políticos ganan muy buenos sueldos y trabajan poco. Ella considera que falta mucha comunicación a la sociedad para mostrar todas funciones que adelanta un parlamentario y los costos asociadas a las mismas. Bárbara Figueroa también menciona lo aburrido que a veces es recibir críticas tanto de personas dentro de la organización como del público a través de las redes sociales. Ante esto, ella considera que ser líder implica tener la capacidad de tolerar y reconocer diferentes opiniones.

Por último, para Carmen Gloria López, lo peor de ser líder es cuando una decisión que se tome afecta de forma negativa la vida de otras personas, por ejemplo, cuando, por diferentes razones, se cancela un proyecto importante en el que alguien viene trabajando.

6- Influencia de los atributos físicos en la profesión

Aunque algunas feministas consideran que la belleza física no debe ser un elemento que se utilice para promocionar el liderazgo de las mujeres, en varias entrevistas, algunas de estas líderes reconocen que tener algunos rasgos físicos atractivos les ha permitido avanzar en su carrera política. Por ejemplo, Evelyn Matthei (ex-candidata a la presidencia, ex-ministra y actual alcaldesa de Providencia), durante la entrevista, se excusa por afirmar que el ser mujer y rubia fueron dos factores importantes que le ayudaron a ganar la elección en la Comuna de Las Condes contra Lavin.

También reflexionando sobre su liderazgo en las organizaciones universitarias, Camila Vallejo (Diputada a la Cámara por el Partido Comunista), explica que los medios de prensa tienen una perspectiva machista y que para "farandulear" se interesan más por las figuras femeninas que por los hombres. Agrega que aceptó este tipo de publicidad porque entendía que "para poder comunicar a los medios, es mucho más fácil traducir una situación muy compleja en una imagen simple y particular. Había que ponerle cara al movimiento social por la educación y la cara que estuvo más a la mano era la mía." (p. 98).

Atributos físicos que atraigan a los hombres en ciertos contextos culturales pueden generarles problemas a las mujeres, por ejemplo, cuando era corresponsal de televisión, Carmen Gloria López (ex directora de la Televisión Nacional) recuerda que ella tuvo que hacer una entrevista en traje de baño a una nadadora, y cuando volvió al canal, el jefe le dijo: "Estái buena para Miss Chile tú, no deberías estar haciendo notas." (126) ella manifiesta que le daban ganas de llorar de la rabia.

 

7- Algunos problemas de las mujeres que requieren atención de las líderes

Aunque el texto no está orientado a discutir los problemas que las mujeres tienen en la sociedad latinoamericana, si podemos rescatar algunos conceptos como el de Melissa Sepúlveda (ex-presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile) quien se preocupa por el alto número de abortos clandestinos, la desigualdad de salarios por el mismo trabajo y la baja calidad de las políticas públicas en las áreas de educación sexual y derechos reproductivos (p.45).

Frente al reto que muchos países latinoamericanos tienen para promocionar más mujeres en puestos de liderazgo político, Camila Vallejo, analiza que uno de los obstáculos que tienen las mujeres trabajadoras es que fuera de la ocupación asalariada, ellas deben realizar muchas de las labores en el hogar, y que esta doble jornada les quita posibilidades para adelantar actividades de liderazgo en organizaciones políticas. Ella observa, que en general, solo mujeres con un nivel económico que les permita pagar por el trabajo en el hogar, tienen la posibilidad de desarrollar una carrera dentro de un partido.

El primer testimonio muestra la falta de importantes políticas públicas para la mujer mientras que el segundo, nos explica una razón para que no existan más lideres que las promuevan.

 

Conclusiones

Una importante conclusión, que la destacada periodista Beatriz Sánchez, autora de "PODEROSAS" presenta, es que pese a tener cargos con bastante poder, la mayoría de las líderes entrevistadas no se consideran personas poderosas sino solamente influyentes. Desde la perspectiva de la psicología política nos debemos preguntar si la categoría de "solamente influyentes" que se auto imponen las mujeres líderes políticas es producto de una educación dentro de un contexto machista o si es el resultado de los numerosos obstáculos que ellas encuentran cuando ejercen el poder.

La lectura del libro también nos lleva a reflexionar sobre la validez del uso de la belleza como un elemento para la promoción de liderazgo político femenino. En un mundo donde hasta la música clásica aumenta sus ventas con intérpretes de gran atractivo físico, cabe preguntarse si es válido usar estos atributos para ganar votos y lograr posiciones de poder que a la postre ayuden a mejorar la situación de la mujer en nuestra sociedad.

"PODEROSAS" posiblemente genere otras preguntas de investigación a otros lectores, pero desde mi punto de vista, considero que el texto invita a una más profunda investigación sobre el role que los partidos tienen para promocionar o frenar el desarrollo de liderazgo político femenino. Desde la perspectiva de la asesoría política, mucho se puede ganar teniendo un mayor conocimiento de los trucos que los dirigentes de los partidos usan para frenar el liderazgo de las mujeres y las estrategias que ellas pueden implementar para contrarrestar estas zancadillas. A priori se puede pensar que la realidad política de Chile no es diferente de la que existe en otros países latinoamericanos, sin embargo, se requiere de más trabajos comparativos para buscar y si es posible explicar cualquier diferencia en el proceso de desarrollo de líderes políticas femeninas en la región.

Otro tema importante que el libro incluye son las consecuencias positivas y negativas que trae para las mujeres el ejercer el liderazgo político. Los que pensamos que las mujeres enriquecen la labor del gobierno al proveer un liderazgo con una visión diferente y una gestión más democrática, tenemos el reto de imaginar políticas que nos ayuden a aumentar los elementos positivos de ser líder y disminuir los negativos para que más mujeres entren en la arena electoral.

 
Mauricio Florez Morris

Este artículo fue escrito por Mauricio Florez Morris, Ph.D. El autor ha sido profesor en las facultades de Ciencia Política y Sociología en University of Maryland, George Washington University, Georgetown University, y North Virginia Community College en los Estados Unidos. En la Universidad del Rosario y la Universidad Javeriana en Colombia, al igual que en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad del Salvador en la Argentina.

Su actual interés académico se centra en temas relacionados con los estudios de opinión pública, campañas electorales, marketing, liderazgo y psicología política. Es miembro de la American Association of Political Consultants (AAPC), la American Political Science Association (APSA) y la American Sociological Association (ASA), al igual que de la Asociación Colombiana de Consultores Políticos (ACOPOL). Ha trabajado en campañas electorales para organizaciones afiliadas al Partido Demócrata en los Estados Unidos.

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